El frío del
invierno aprovecha los espacios libres del campo deportivo para
echar ráfagas de viento que cortan la piel como cuchillos.
Las columnas que avanzan, cantan como si cantaran la victoria.
– Acheral, Acheral ¡Qué patada en el culo que le dimos al general!
echar ráfagas de viento que cortan la piel como cuchillos.
Las columnas que avanzan, cantan como si cantaran la victoria.
– Acheral, Acheral ¡Qué patada en el culo que le dimos al general!
Rolo Diez, Los
compañeros
Cuando
conocí a Roberto lo primero que dijo a manera de saludo y con una sonrisa en
los labios fue: “tu viejo me debe un saco". Me lo dijo en presente y en
ese momento no supe que contestarle, pensé que tal vez como hija me tocaba
saldar esa deuda, pero no entendí en ese momento a que venia el reclamo. Pensé
que era otra excentricidad de los compañeros. Creo que él se dio cuenta de mi
irritación y me explicó brevemente que a mi padre le gustaba vestir bien y que
usaba su ropa, ropa que por lo visto no le devolvía. Pasó y me olvidé de este
comentario. Hasta que años después le comenté a Roberto por mail que había
leído el libro de Rolo Diez "Los compañeros", una novela cuyo
personaje principal se llama, casualmente, Roberto, un militante del PRT- ERP.
El autor comienza la narración con una imagen del Congreso del FAS, Frente Antiimperialista y por el Socialismo,
en Rosario en 1974. Le sigue noviembre de 1975: el advenimiento del golpe, las
caídas, la derrota, el exilio y todo lo que ya sabemos que pasó. Lo interesante
en este libro es para mí cuando el autor habla de Roberto y de Mariana, su
compañera; cuando reproduce sus discusiones, sus contradicciones, sus miedos, sus
pesadillas, la tensión de cumplir con el partido y al mismo tiempo con la
pareja y su hijo. Aporta una visión muy humana, cotidiana y concreta de la
militancia. A mí me ayudó a comprenderlos mejor y muchas cosas que pienso hoy
las encuentro reflejadas en las palabras de Mariana,
debe ser que coincidimos porque somos mujeres, por nuestra mirada femenina
sobre la Historia. El libro también tiene momentos muy divertidos y graciosos.
Otros muy duros cuando ellos se sienten cada vez más perseguidos y acorralados.
La de los compañeros es una historia triste, muy triste y al mismo tiempo
maravillosa.