Hay un almacén en Schanze
para los que sufrimos de añoranza, de morriña, de saudade, de Heimweh. Este almacén está ubicado en
unos galpones, detrás de la estación del tren de Sternschanze o Ester Sánchez,
como le dicen en chiste a esta estación algunos latinos en Hamburgo.
En el gran galpón
de este alamcén encontramos principalmente una gran variedad de vinos,
embutidos, quesos, pescados y mariscos congelados. Pero, especialmente uno
encuentra siempre algo que viene de su país, que le recuerda a sus seres
queridos y a su infancia.
La mayoría de
los clientes de este almacén de la nostalgia somos extranjeros: españoles,
portugeses, latinoamericanos, particulares o comerciantes que compran en
cantidad para sus restaurantes.
Yo me acerco
hasta allí cuando me estoy por quedar sin yerba mate y termino comprando un
montón de productos más por puro sentimiento, por pura nostalgia. Por ejemplo
compro: el jabón de tocador y el agua de colonia Heno de Pravia, que ya
con solo ver el empaque en verde y amarillo se me viene a la mente el recuerdo
de su perfume familiar, que usaban mi madre y mi tía Katy. También, he comprado
el jabón de lavar la ropa en barra, que me recuerda a la barra de jabón Federal
de argentina. He lavado a mano, ¡que antigüedad!, con este jabón la ropa de mis
bebés, sólo para disfrutar este particular aroma.
La lista es larga de los productos que nos activan la memoria emotiva,
entre mis favoritos puedo nombrar: el dulce de batata o membrillo ese que viene
en lata, el dulce leche Bamboche, el cereal Nestum,
que ahora comen mis hijos con leche, como yo lo hacía en mi niñez.
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