La primera vez que vi la firma de mi papá fue en un expediente archivado de
la Justicia Federal de La Plata. Cuando el propietario de la casa donde mi
padre y mi madre vivían en Lanús Oeste, leyó en las principales páginas del
periódico del 8 de octubre de 1974, que su inquilino había sido muerto por
subversivo, salió corriendo a la comisaría del barrio, con el contrato de
alquiler bajo el brazo. Mi padre había alquilado esta vivienda con su verdadero
nombre, la casa tenía en frente un local donde con los compañeros pensaban
montar un taller, era además del domicilio familiar una casa operativa del
partido, ahí se reunían y ahí tendríamos que haber nacido mi hermana melliza y
yo, sino fuera por el destino. Cuando vi la copia del contrato de alquiler en
el expediente me apresuré para llegar al final y buscar su firma. Pensaba como
habrá escrito su nombre mi padre, con mayúscula primero y luego con minúscula,
en letra manuscrita o de imprenta, habrá escrito todo su nombre o sólo una
parte o habrá hecho un garabato ilegible?? Qué emoción llegó al final y sólo
encontré sus iniciales en mayúsculas JAS... que decepción esperaba encontrar
más. El dueño exigió el regreso de su propiedad, la patota no se demoró en
llegar, sólo que mi madre y su panza de embarazada ya no estaba. Encontraron
una casa vacía, los compañeros llegaron primero, limpiaron todo y nos sacaron
de ahí. Les esquivamos a la patota mi madre, mi hermana y yo, pero lamentablemente
no por mucho tiempo...
María Ester Alonso Morales
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