Donnerstag, 4. Dezember 2014

Leopoldo

Leopoldo, Sandra, su mujer y algunos de sus muchachos
Leopoldo
me llama doña María,
aunque él es mayor que yo.

Leopoldo
viene del Caribe.

En su tierra fue arquitecto,
aquí se construyó una nueva vida.

Él dice que es pobre,
que no tiene bienes.

Pero en realidad,
es inmensamente rico.

Leo tiene muchos hijos,
en las dos orillas.

Cada dos años
le nace uno.

Y anda siempre
rodeado de sus muchachos.

Leo habla de ellos,
no se da cuenta
que sonríe e ilumina mi oficina.

Leopoldo
cuida,
acuna,
alimenta,
a sus hijos
y al él mismo.

Así va calmando un poco,
su desamparo de niño.

Yo le digo:
mire Leo no tenga miedo,
usted nunca va estar solo.

Leo se cree pobre,
pero es inmensamente rico.

doña María

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