Mittwoch, 16. April 2014

A veces el mundo cabe en una mesa


Hay momentos en los que vale la pena estar en Hamburgo, anoche fue uno de esos momentos. La cita fue el domingo 13 de abril en el Teatro Monsun de Ottensen. El programa de la noche era un evento sobre Migración, asilo y refugio, con activistas de DDHH del mundo, con música y poesía. Se leyeron textos de autores/as latinos/as, turcos y griegos. Se escuchó música folklórica turca, interpretada por Erol Arslan Erol Arslan, que me sonó triste como un lamento. Música griega de Theodorakis interpretada magistralmetne por la Sra. Leman Stehn. Ella con su voz maravillosa leyó en alemán un poema de un activista Kurdo, que según nos contó después, este hombre reside en Australia como asilado político, a este poema que ella misma tradujo al alemán, lo musicalizó un nativo de su tierra y ella luego lo cantó con la guitarra, fue algo tan bello, no hacía falta entender la letra.
También Moxi Beidenegl, Beidenegl  talentosa cantante argentina nos deleitó con sus cantos a capela.
A la noche le pusieron ritmo la banda Ariel Flórez Latin Jazz, color y alegría las bailarinas mexicanas de Sol Mexicano, con sus hermosos trajes, parecían que tenían alas y volaban mientras danzaban.
Pero el invitado especial de la noche fue Erik Arellana Bautista, el presentó la fundación Nydia Erika Bautista en memoria de su madre desaparecida y asesinada por paramilitares en Colombia. Erik, además de periodista y documentalista, escribe poemas y me regaló su libro Transeúntes y Migrantes con una dedicatoria hermosa.
Al final de este evento estuvimos reunidos en una mesa bebiendo, cenando, compartiendo con activistas de derechos humanos y artistas que veníamos de diferentes partes del mundo, hablábamos diferentes idiomas pero teníamos tanto en común. Es increíble, si se piensa que venimos de países tan distantes y disímiles entre sí como Turquía, Colombia, Grecia, Argentina e Irán entre otros, pero es así cuando se tienen los mismos ideales y se utiliza el arte como manera de expresarlos. En esa mesa se contaron historias increíbles de luchas, de resistencias, de desaparecidos y exilios. Sin saberlo estábamos todos ligados, los HIJOS de Colombia con los HIJOS de Argentina, las Madres que marchan los sábados en Turquía con las Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires, los asilados políticos de ayer de Irán con los africanos que vinieron desde Lampedusa y hoy  buscan refugio en Hamburgo. Como dije al comienzo a veces el mundo y su historia caben en una mesa.

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