Dienstag, 22. April 2014

Aquello que no existe todavía

Jacinto con su guitarra
 
 
De los libros que traje hace dos semanas en mi valija con sobrepeso, hay varios de la Colección Detectives Salvajes[1]. Como no ocupan mucho espacio ni pesan tanto, llevo siempre uno en mi cartera y los ando paseando por las calles de Hamburgo, por las terrazas de los cafés, por los parques infantiles, mientras mis hijos juegan yo leo. Hoy por ejemplo me leí al sol y de un sorbo "aquello que no existe todavía" de José Carlos Coronel, tucumano, abogado, poeta y militante. Me encantó este libro y les agradezco tanto que lo hayan publicado.

Las palabras de Juan Aiub al comienzo del libro me parecieron tan acertadas, sus reflexiones me ayudaron a entenderlos a ellos, a los compañeros. Al igual que el Negro Coronel, Jacinto mi padre,  también cayó en combate. Como el mismo Juan se auto corrige en sus notas, yo he dicho varias veces que mi padre fue asesinado, cuando en realidad fue abatido en un enfrentamiento y es seguro que ellos querrían que les recordemos como combatientes revolucionarios, no como víctimas.

Voy leyendo los versos de Coronel y creo escuchar el eco de mi viejo en Revolucionario y en otros tantos. Al mismo tiempo el poema Cartita para Martín que Coronel le dedica a su sobrino desde la cárcel, pienso que pudo ser escrito por cualquiera de nuestros padres para los HIJOS y las preguntas que él le hace siguen vigentes: ¿qué imagen tendrás de mí al cabo de los años?, ¿qué país te rodeará?, ¿qué te enseñará la lucha de los pueblos oprimidos?, ¿ya podrás escribir las palabras libertad liberación socialismo guerra o estarás peleando por ellas? En Tan ingenuo me veo reflejada y ya hago mías sus palabras.  

Me lo imagino a Coronel escribiendo sus poemas con la misma máquina de escribir con los que hacía sus escritos escapándose así por un momento de la burocracia, fugándose de la realidad. 

Por lo que yo sé hasta ahora, Jacinto mi padre no escribía poemas como el Negro Coronel, pero sí que tocaba la guitarra y le gustaba mucho la música. De hecho de las pocas fotos que tengo de él en dos aparece con su guitarra y con una enorme sonrisa. Luego claro como el mismo Coronel y miles de su generación, la revolución prevaleció sobre la música. Jacinto cambió la guitarra por el fusil, se dejó crecer unos bigotes setentistas, se puso serio y su ceño se frunció con el peso de las preocupaciones. Cuantas veces, como escribe Juan en su introducción, pensé yo en que hubiera sido si se habría invertido el orden, si hubiera prevalecido la guitarra sobre el fusil. ¿Tal vez mi viejo le hubiera puesto música a los versos de Coronel?, ¿o a los versos de su querido compañero Dalmiro Suárez?, ¿tal vez hoy serían zambas o chacareras que cantaríamos los HIJOS? Pero no fue así. Mi padre estaba convencido en la consigna “a vencer o morir por la Argentina" como dice Coronel en unos de sus versos: "a veces hay que morir para seguir viviendo" o como resume Juan al final: “morir por la vida y creer en ello”.



[1] Aquello que no existe todavía, de José Carlos Coronel, editado por Libros de la talita dorada, en el año 2013, páginas 48. Colección Detectives Salvajes: http://coleccionlosdetectivessalvajes.blogspot.de

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