Jacinto con su guitarra |
De los libros que traje hace dos semanas en mi valija
con sobrepeso, hay varios de la Colección Detectives Salvajes[1].
Como no ocupan mucho espacio ni pesan tanto, llevo siempre uno en mi cartera y
los ando paseando por las calles de Hamburgo, por las terrazas de los cafés,
por los parques infantiles, mientras mis hijos juegan yo leo. Hoy por ejemplo
me leí al sol y de un sorbo "aquello que no existe todavía"
de José Carlos Coronel, tucumano, abogado, poeta y militante. Me encantó este
libro y les agradezco tanto que lo hayan publicado.
Las palabras de Juan Aiub al comienzo del libro me
parecieron tan acertadas, sus reflexiones me ayudaron a entenderlos a ellos, a
los compañeros. Al igual que el Negro Coronel, Jacinto mi padre, también cayó en combate. Como el mismo Juan se
auto corrige en sus notas, yo he dicho varias veces que mi padre fue asesinado,
cuando en realidad fue abatido en un enfrentamiento y es seguro que ellos
querrían que les recordemos como combatientes revolucionarios, no como víctimas.
Voy leyendo los versos de Coronel y creo escuchar el
eco de mi viejo en Revolucionario y en otros tantos. Al mismo tiempo el poema Cartita
para Martín que Coronel le dedica a su sobrino desde la cárcel, pienso
que pudo ser escrito por cualquiera de nuestros padres para los HIJOS y las
preguntas que él le hace siguen vigentes: ¿qué imagen tendrás de mí al cabo de los
años?, ¿qué país te rodeará?, ¿qué te enseñará la lucha de los pueblos
oprimidos?, ¿ya podrás escribir las palabras libertad liberación socialismo
guerra o estarás peleando por ellas? En Tan ingenuo me veo
reflejada y ya hago mías sus palabras.
Me lo imagino a Coronel escribiendo sus poemas con la
misma máquina de escribir con los que hacía sus escritos escapándose así por un
momento de la burocracia, fugándose de la realidad.
Por lo que yo sé hasta ahora, Jacinto mi padre no
escribía poemas como el Negro Coronel, pero sí que tocaba la guitarra y le
gustaba mucho la música. De hecho de las pocas fotos que tengo de él en dos
aparece con su guitarra y con una enorme sonrisa. Luego claro como el mismo
Coronel y miles de su generación, la revolución prevaleció sobre la música.
Jacinto cambió la guitarra por el fusil, se dejó crecer unos bigotes
setentistas, se puso serio y su ceño se frunció con el peso de las
preocupaciones. Cuantas veces, como escribe Juan en su introducción, pensé yo
en que hubiera sido si se habría invertido el orden, si hubiera prevalecido la
guitarra sobre el fusil. ¿Tal vez mi
viejo le hubiera puesto música a los versos de Coronel?, ¿o a los versos de su
querido compañero Dalmiro Suárez?, ¿tal
vez hoy serían zambas o chacareras que cantaríamos los HIJOS? Pero no fue
así. Mi padre estaba convencido en la consigna “a vencer o morir por la
Argentina" como dice Coronel en unos de sus versos: "a
veces hay que morir para seguir viviendo" o como resume Juan al
final: “morir por la vida y creer en ello”.
[1]
Aquello que no existe todavía, de José Carlos Coronel, editado por Libros de la
talita dorada, en el año 2013, páginas 48. Colección Detectives Salvajes: http://coleccionlosdetectivessalvajes.blogspot.de
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